Había tardado en comentar el resumen de mi 2016; un año que se llevó gente valiosa y que trajo mucha revolución global y por el que vi a mucha gente maldecir y pedir que se acabara. Paradójicamente, voy a contracorriente y debo decir que para mí, ha sido mi mejor año hasta el momento.

Lo terminé con un poco de nostalgia y tristeza por mi país, cada vez más golpeado y con una Navidad en la que, por primera vez, vi cambios importantes en la celebración de las fiestas en mis círculos más cercanos. Mucha gente que no está. Mucha gente que no sale. Mucha gente que no se reúne. Mucha gente triste. Y, claro, eso me rompe un poco el corazón.

Tuve que plantearme otros temas: racismo, terrorismo, refugiados, minorías, feminismo. Temas a los que antes había dedicado poco tiempo y que cada vez me tocan más de cerca. Me alegra ser cada vez más consciente de ellos y reafirmarme como una pesada sobre analizando todo una y otra vez. Me alegra tener que sentar posiciones y dejar atrás la apatía. Me alega ser menos indiferente. Algunas situaciones las vivo de primera mano, otras no tanto, pero igualmente me reafirmo en mi empatía. De hecho, uno de mis principales objetivos el año que viene es seguir mejorando en este aspecto. Abrir más mi mente, aprender más, empaparme de historias y -desde mi trinchera- tender una mano a quienes pueda (los conozca o no).

Agradezco conocer más mundo, tener hambre de evolución y conocer más puntos de vista (incluso cuando no concuerdan con los míos). En este punto tengo mucho que mejorar. Me alegra tener tiempo e interés para que otros temas -que nunca antes lo habían hecho- me toquen.

Lamenté el terror, el que viven mis amigos y familiares en Venezuela, y el que viven los ciudadanos en todo el mundo ante sus más diversas manifestaciones. Ese terror que tristemente sigue cobrando vidas y protagonismo. Y lamento también esas posiciones que fomentan el terror.

Lamenté tener razón cuando decía que Trump ganaría y que nadie querría reflejarlo en una encuesta. Aún sigo teniendo un poco de miedo ante este hecho. Los hilos del mundo se han tensado mucho en 2016 y seguirán apretando en 2017.

Todo esto me ha hecho pensar, una vez más, en la relatividad de la vida y en lo pequeños que somos. No, no podemos escapar como quisiéramos a determinadas dinámicas globales ante las que somos pequeñísimos. Pero sí, podemos marcar diferencias cada día en nuestros entornos cercanos (y en esto seguiré trabajando). Intentaré disfrutar al máximo cada día, evitar discusiones innecesarias, dar lo mejor de mí y -siempre- hacer todo lo que pueda en positivo.

Atrincherarme en el amor y en mi familia. Vivir, con la menor cuota de miedo posible y disfrutar todo lo que se pueda.

2016 no ha sido mi mejor año -ni de cerca- en lo profesional. No ha sido mi mejor año -ni de cerca- en lo económico. Acumulo gastos, deudas y gano muy poco. Pero, por primera vez en la vida, me he atrevido a salir de todo eso que era antes mi zona cómoda. Me di cuenta de que mi zona cómoda no era sólo mi país o mi círculo más cercano. Pude salir de la gran zona cómoda que representa para mí la vida profesional.

No creo que esto esté superado. Creo que aún me queda mucho trabajo… pero, el primer paso es reconocerlo y tuve esta gran revelación en 2016; un año en el que con una situación laboral bastante regular… y una economía bastante mala… logré ser MEGA feliz.

Me entregué al amor (y no a cualquier amor, sino al mejor) y di el salto, no al vacío, sino a la felicidad. Cambié mis paradigmas, rompí mis propios esquemas (que siempre han sido los más estrictos) y dije que SÍ.

Decidí mirar un montón por mí y vi que fue la mejor manera de luego poder sentirme feliz y dar lo mejor de mí a los demás. Fui valiente y acepté que necesitaba mucha ayuda, muchas veces. Me alegra enormemente haber tenido esa ayuda y tanto apoyo incondicional.

2016 me acerco más a vivir cada segundo disfrutando al máximo y en 2017 aún me queda depurar un montón de mal humor ocasional y afán por ciertas discusiones inútiles.

En 2017 voy a cumplir 30 años y me hace muy feliz saber que me siento plenamente contenta con lo que soy. Con cómo me veo, con cómo me siento, con mis relaciones, con mis conocimientos y habilidades…. e incluso con mis defectos. Los acepto. Y aún así quiero mejorarlos con todo mi corazón. A esto le pondré mucha intención este año.

Tengo mucho trabajo por delante, muchas cosas por mejorar… pero, me encanta mi esencia. Me encanta ilusionarme como me ilusiono e ir a por todas. Así decaiga por momentos. Siempre me levanto.

2017 será un año INCREÍBLE. Es un año que me llena de mariposas el estómago. Y me quedo loca de pensar en que superará incluso a éste.

Tendré en un mismo lugar -espacio físico- a mi familia -casi toda- junta, con los nuevos miembros de la familia que poco a poco he ido construyendo aquí. Y a mis amigos de toda la vida, con los amigos incondicionales que he hecho aquí. Ni en mis mejores sueños podía pensar que esto sería posible. Y mucho menos que podría compartirlo con una persona tan especial.

Si no decía que SÍ en 2016, me habría perdido un montón de oportunidades para ser feliz. Este SÍ ha implicado un gran crecimiento por mi parte y en 2017 podré celebrarlo. Bueno, lo vivo cada momento, en cada preparativo, en cada conversación, en cada sueño y en la cara de ilusión de nuestras familias.

Quizás necesitaba este crecimiento para poder escalar y ver la vida desde otras perspectivas. Vivir otras experiencias -límites para mí- para poder renovarme y reinventarme en otros ámbitos. La búsqueda del equilibro, que llaman.

Este año lloré un montón, discutí, me molesté viendo la tele, me desperté muy tarde, me sentí culpable algunas veces, no pude hacer muchas cosas, perdí archivos, tuve que pedir ayuda, tuve que empezar de nuevo, tuve miedo, mucha resaca… pero viví experiencias increíbles: me enamoré un millón de veces más (de la misma persona), me sorprendieron, bailé hasta el amanecer (muchas veces), disfruté de las vistas, dije nuevos te quiero, aprendí cosas nuevas, me superé a mí misma, derrumbé mis propias paredes, cociné cosas riquísimas, compartí muy bonitos momentos con mi familia, di regalos bonitos, viajé un montón, comí muchísimo, hice dietas, hice ejercicio, escuché un montón de música… y he cosechado miles de ilusiones.

• Empecé 2016 bailando con mi amor.
• Descubrí que iba tarde para entregar la tesis. Me reté y lo logré. La hice en tiempo récord y estoy orgullosa de su calidad. La entregué y me sentí feliz y liberada.

• Me gané un sorteo de adornos navideños que al final del año acabaron siendo una cosa hermosa. Un vestido y un collar en una web.
• Me planté ante profesores mega respetados, defendí mi tesis y les encantó.

• Nominaron mi tesis a los premios de la Facultad.
• Fui a Londres con una nueva familia.

• Celebramos por todo lo alto el cumple de mi amor. Bebimos un vino muy curioso. Nos quedamos dormidos en un jacuzzi viendo Madrid.
• ¡Me trajeron a mi papá de sorpresa! Pude enseñarle mi casa, mi nueva vida, la ciudad, muchos sitios bonitos. Comimos, bebimos. Nos reímos.
• ¡Fuimos juntos a conocer la nieve! Hicimos nuestro primer muñeco de nieve y sentí que tenía 4 años otra vez.

• Estuve de cañas por La Latina con mis papás.
• Conocimos Segovia. Comimos cochinillo y tomamos chocolate blanco caliente.
• Tuve que decir adiós a algunos clientes y proyectos. Por mi salud, a pesar del dinero.
• Mi hermanito se lesionó la rodilla, pero pudo operarse y salir sano.
• Llevé a mi papi a Lisboa. Caminamos muchísimo. Comimos hasta reventar y escuchamos muchos fados. Nos contagiamos con la nostalgia de la ciudad.

• Llevé a mi papi a Sevilla. Disfrutamos en una fiesta, tomando tintos de verano, a orillas del Guadalquivir.
• Tuve que despedir a mi papi. Me quedé con ganas de que se quedara.
• Nacho me reconfortó, muchas veces. De todas las maneras posibles.

• Pasamos nuestro tercer aniversario sorpresa en Munich. Disfrutamos de la ciudad. Otra vez nos confundimos de monumentos. Nos reímos demasiado. Tomamos demasiada cerveza. Conseguí mi propio sombrero de San Patricio. Comimos un montón de Apfelstrudel.
• Conocimos el castillo de Neuschwanstein. Nos lanzamos muchas bolas de nieve. Y no tuve tanto frío (o al menos lo disfruté)

• Tuvimos las cenas más románticas del mundo.
• Tuve mucha torticolis e intenté solucionarla tomando más cerveza.
• Dormí en un parque de Munich un domingo por la tarde.
• Se me subió la bilirrubina y me enfermé.
• Tuve que reposar, dar paseos al sol y preparar mi primer cocido madrileño.
• Nacho me llevó a la Sierra Nevada. Me encantó. Subí, me acosté en la nieve a tomar el sol lo más cerquita posible. Jugué con la nieve. Me dejé consentir.

• Fuimos a un spa increíble en el medio de la nieve. Salimos más tarde de lo debido.
• Comimos el mejor atún.
• Nuestra sobrina cumplió un añito y me pasé la tarde jugando con ella.
• Conocí restaurantes increíbles.

• Intenté aprender a patinar.
• Nos fuimos un montón de fiesta. Solos. Acompañados. Con mucha gente.

• Volví al gimnasio. Rebajé 3 kilos y medio.
• Ayudé a organizar una despedida de soltera que se salió un poco de control. Lo pasamos bomba. Cantamos en el metro.

• Tuve miedo. Pedí perdón. Reflexioné mucho.
• Nacho me llevó al concierto de Coldplay. Fue mágico.
• Fui muchas veces a Ciudad Real.
• Volví a votar en España.
• Manifestamos por Venezuela.
• Hicimos un road trip catalán increíble.
• Volví a Barcelona.
• Conocí nuevos primos.
• Cerramos Luz de gas.
• Conocí Tarragona.
• Conocí Sitges. Me bañé en una playa helada.

• Fuimos a Port Aventura. Nos montamos en todo. Incluso en la montaña rusa más alta de Europa.
• Tomamos muchas cervezas con gente linda viendo al Madrid ganar. O sólo por salir de cañas.
• Conocimos Gerona y un montón de pueblos catalanes preciosos.
• Nos recomendaron una playa catalana parecida a Playa Grande en Choroní. Ni lo pensamos. En media hora estábamos ahí, instalados en el chiringuito.

• Vivimos dos días -literalmente- en una burbuja. Vimos la noche, las estrellas y – entre sueños- el amanecer.
• Nos dieron las llaves de un spa. Las aprovechamos.

• Disfrutamos del inicio de la Primavera en un bonito Día de las Madres.
• Llegó un nuevo verano.
• Disfruté de varias tardes de piscina, sol y conversas eternas con amigas queridas.
• Vino mi prima casi por sorpresa y compartimos momentos súper divertidos y bonitos.
• Le enseñé Madrid a mucha gente. Me enamoré yo cada día más de la ciudad.
• Nos fuimos de boda con amigos.
• Pude volver a Toledo un par de veces.
• Vi a Nacho jugar al fútbol. Me dedicó todos sus goles.
• Pasamos 3 semanas increíbles.
• Arreglamos nuestra terraza. Sembramos plantitas. Se nos murieron, pero nos sigue quedando la terraza bonita.
• Me llevó de sorpresa a Roma. ¡A Roma! La amamos.

• Comimos todo el gelato posible. Las pizzas, las pastas, los limoncellos, el tiramisú…
• Me llevó a una cena con vistas al Vaticano. Me regaló un vestido precioso. Me pidió matrimonio.
• Le dije que SÍ. Lloré de la emoción. Pasé mucho tiempo en shock. Aún no me lo creo.

• Brindamos.

• Salí a pasear por Roma, anillo en dedo. No me lo creía.
• Escribimos la lista de invitados a nuestra boda… en el avión de regreso.
• Comenzamos a planificarlo todo. Juntos.
• Nos suscribimos a un curso de decoración.
• Le contamos a la gente. Se emocionaron con nosotros.
• Nuestros amigos tuvieron unos bebés hermosos.
• Trabajé con algún nuevo proyecto. Más lento de lo esperado.
• Fuimos a Chiclana.

• Tomamos los mojitos típicos.
• Hicimos muchos planes de boda.
• Conocimos El Palmar.
• Fuimos a la Feria de Ciudad Real. Hice pipí en la calle.
• Fui a eventos de boda… hasta a un taller de cómo escoger flores para bodas. Me sorprendieron.

• Celebramos nuestro aniversario -1 de bodas. Nos pasó una casualidad hermosa: encontramos en el restaurante el vino que pondremos en la cena de ese día.
• Comí pasapalos con mi mami.
• Despedimos el verano en La Mata. Comimos muchísimo.
• Hicimos un road trip gallego.
• Volví a Vigo. Comimos ostras fresquitas.

• Volví a Santiago. Lo caminé entero con su típica lluvia. Me encontré con Gaby. Comí mucho queso tetilla y tomé mucho Godello.

• Conocimos La Playa de Las Catedrales. Nos impresionó mucho.

• Comimos la mejor carne. Y zamburiñas.
• Conocí la Comarca del Bierzo.
• Nos quedamos en un hotel rural precioso.

• Vimos alguna serie.
• Conocimos un pueblo con mucho encanto: Molinaseca.

• Vi un castillo medieval.

• Vimos las Médulas del Bierzo.

• Fuimos al concierto de Chino y Nacho. Y al de los Amigos Invisibles. Bailamos mucho.
• Cerré -al fin- un proyecto pendiente.
• Me llamaron para un nuevo proyecto.

• Tuve dos meses mega ocupados pero muy provechosos. Me volví a sentir orgullosa de mí misma.
• Fuimos a Zamora.

• Trabajé mucho pero valió la pena.
• Retomé el bonito habito de usar agenda.
• Caminé un montón.
• Me probé varios vestidos de novia. Amé la experiencia.
• Escogí uno y lo compré.
• Tuve que hacer algunos trabajos de esos que toman mucho tiempo y pagan demasiado poco. Intenté hacerlo lo mejor posible y convertirlos en algo positivo.
• Me paseé por algunas ideas de emprendimiento. Sigo sin realizarlas.
• Envié algún currículum. No me llamaron.
• Toqué varias puertas. Algunas se abrieron, otras no.
• Me fui de fiesta con mi mamá hasta las 6 de la mañana en su cumple número 55.

• Escuchamos más flamencos.
• Celebramos la Navidad con mi hermanito.
• Comimos mucho.
• Empecé a escribir de moda.

• Me tocó cerrar diligencias pendientes.
• Nacho y yo hicimos nuestro primer arbolito de Navidad juntos.

• Hicimos posible que mi familia venga el próximo año.
• Despedimos el año juntos.

Sé que hay muchas cosas que formaron parte de mi año y que no están en esta lista. Pero me parece necesario escribir todas las que pueda y agradecer cada una. Soy una afortunada de la vida y usaré toda esta lista como razones para luchar una vez más.

Quiero mejorar mis rutinas personales y estar a la altura del año que me espera.

• Ocuparme de mi salud, hacer más ejercicios, ser más constante, levantarme más temprano y mejorar mis rutinas diarias.
• Hacer más feliz a mi mamá.
• Ayudar más a mi familia, de distintas maneras.
• Mejorar mis ingresos (básicamente para poder cumplir estos primeros propósitos), poder ahorrar algo y disminuir mis gastos.
• Que Venezuela pueda avanzar a mejor.
• Que podamos disfrutar al máximo de nuestra boda con quienes más nos quieren. Sin dejarnos llevar por las nimiedades.
• Que se multipliquen los momentos bonitos.
• Paz mundial, como las misses. Esta vez más pertinente que nunca. Que disminuyan la violencia y los prejuicios.
• Que nuestro amor siga creciendo cada día. Y que los malos momentos sean mínimos.
• Ser mejor persona.
• Mejorar mi imagen y branding personal. Comenzar a forjarme una imagen en este nuevo país. Sacar tiempo para crear más por mí.
• Más viajes, por supuesto. Salud para poderlos disfrutar siempre.

¡A por ello!

Gracias a todos los que, de una forma u otra, me han acompañado en esta evolución.